Premios en torneos de juegos de mesa

Ya pasó la temporada de torneos clasificatorios de torneos de juegos de mesa (Catán, Carcassonne, …). Algo de lo que me he dado cuenta es de que la ganadora/ganador del torneo se lleva como premio, generalmente, un ejemplar del juego al que se ha estado jugando o algo similar relacionado.

Esto, sin duda, creo que es un error: quien gana el torneo es quien no necesita el juego. El juego deberían regalárselo a quien quede de último para que practique y mejore, ya que seguro que no dispone del juego y por eso juega como el culo. Y no ha de entregarse como premio de consolación, sino como premio en toda regla. Como mínimo un premio al ganador y un premio al último.

Además, quien queda de primero tiene el título de ser el ganador del torneo, pero ¡ay, quien queda de último! ¿Cuántos quedan de últimos? ¿eh? ¡Sólo 1! ¡Eso también es un hito!

Todo esto lo comento porque quedé de último en el torneo de Catán al que asistí. Tampoco es tanta cosa porque se trataba de un torneo cualquiera.

¡Pero hay más! Porque de lo que sí que dispongo es de un título de Magic que nadie más puede conseguir, nadie en absoluto y es sólo mío, casi para enmarcar la gesta, porque soy artífice de la hazaña de haber quedado de último en el primer torneo de Magic de A Coruña de la historia. Nadie más que yo puede ni podrá ostentar dicho título. Nadie. Y es sólo mío.

Eso sí, los organizadores no me dieron de premio ni un mísero sobrecillo de esos con un puñao de cartas. Guarros marranos, ya les vale.

Esa sensación

A veces (muchas veces) me olvido una palabra y tengo que estar un buen rato hasta que la recuerdo, pero qué palabra es la que quiero decir. La palabra la tengo “en la punta de la lengua”, como se suele decir, pero en la cabeza no tengo la palabra (obvio), ni una imagen: tengo esa sensación. La palabra es esa, la de esa sesación. No es en la punta de la lengua ni nada de eso.

¿Cuando no recuerdas una palabra, cómo piensas en esa palabra que no recuerdas?

Eurovisión 2022

La verdad es que soy poco fan de Eurovisión. La última vez que estuve ligeramente (o un poco más) fue el año en que participó El Chikilicuatre, y sin embargo este año ha ocurrido un detalle curioso…

En la selección en España hubo tongo y salió seleccionada la canción de Chanel – SloMo en detrimento de otras dos canciones “favoritas” (y lo pongo entre comillas a propósito, ya veremos la explicación): “mamama” o algo parecido, y las Tanxugueiras. Este último grupo es el de más interés para comentar: ¡resulta que era una de las actuaciones favoritas!

Y entonces entra en juego la actuación de Francia con una actuación “muy similar” a la de las Tanxugueiras: una canción con toques regionales y una puesta en escena “parecida”. Indico “muy similar” porque aunque veamos ambas actuaciones diferentes porque una nos sea cercana, no tengo tan claro que un país alejado a nosotros que no conoce ni uno de los idiomas ni tenga cercanía Gallego/Bretón vea una clara diferencia esencial.

Viendo que Francia quedó de penúltima, podemos estimar que el caso de las Tanxugueiras quedarían un puesto similar muy alejado de la tercera posición…. y entonces es cuando puede únoa pensar: “tal vez no haya sido tan mala idea el trampear la selección” – ejem, ignorando que cualquier tipo de trampeo está mal, oye –

¡Pero echemos más leña al fuego! ¿Cuántos puntos le dió España a Francia, con una canción tan similar a una que era de la favoritas aquí [Tanxugueiras]?

CERO

Yo personalmente lo interpreto como que la canción en realidad a la gente no le gustaba como canción de Eurovisión, sino que había otros factores ocultos por lo que era de las favoritas. Y a los datos me remito.

Esto da para pensar que la mayoría de las veces la gente que está en las preselecciones se olvida que si se quiere ganar no hay que elegir una canción que te guste, sino una canción que le guste al resto de países y por lo tanto hay que ignorar cualquier factor subjetivo contextualmente propio a la hora de evaluar.

Viva el Chikichiki. Al menos nos echamos en su día unas buenas risas.