Amenaza Vegetal: Plantas asesinas?

Con el fin de que esa genial entrada siga disponible hasta que me haga viejo, y poder leerla independientemente de que el servidor en el que está algún día deje de existir, la copio. Desde aquí doy gracias a su autor, que ni siquiera sé cómo se llama :P

Artículo copiado de: http://manantial.wordpress.com/2008/06/18/amenaza-vegetal-plantas-asesinas/


A comienzos de la década de los ochenta, en el extremo sur de Africa, ocurrió un hecho que dejo estupefactos a los científicos…

Wouter van Hoven, zoólogo de la universidad de Pretoria se propuso desentrañar el misterio. Sin que nadie sepa porqué, varios kudus (antílopes de gran tamaño) habían aparecido muertos por inanición en unos campos acotados donde podían correr y comer libremente lejos de cualquier amenaza.

Al realizar las necropsias de los animales descubrió que en sus estómagos había restos de hojas de acacia, su alimento natural, pero con unos niveles de taninos, una toxina vegetal, que no correspondía con las hojas de las acacias de aquellos campos. ¿Estabamos ante una defensa vegetal de las acacias?

No tardó en intentar dar respuesta a esa pregunta y junto a sus colaboradores se propusieron hacer un curioso experimento. Armados con palos, durante dos horas estuvieron golpeando ramajes y hojas de una de aquellas acacias. Tras la paliza, tomaron muestras de las hojas que quedaron en el arbol y pudieron confirmar que el nivel de taninos habia aumentado un 250%! Pero lo realmente increible estaba aún por llegar… las hojas de los alboles circundantes, que no habian sido agredidos, también presentaban los mismos niveles de taninos! Los arboles se estaban comunicando!!

Van Hoven buscó infructuosamente esa comunicación a través de las raices, pero tuvo que esperar a 1983, año en el que los biólogos norteamericanos Ian Balwin y Jack Schultz descubrieron un increíble lenguaje químico entre los arces, arboles típicos de las regiones templadas: Ante la presencia de animales ramoneadores, que comen los brotes tiernos de las ramas, los árboles dañados “informan a sus compañeros del inminente peligro”. a través de la emisión de etileno, una molécula sencilla que tenía un comportamiento hormonal, provocando en los arboles de alrededor un aumento del nivel de taninos en sus hojas.

Como buen zoólogo, Van Hoven confirmó el hecho observando a animales en libertad. Observó a jirafas que comían hojas de acacias y pasaban de largo por una decena de árboles sin tocarlos antes de volver a ingerir hojas y siempre en dirección contraria al viento. Los pobres kudús, al estar en un recinto cercado, no pudieron elegir árboles que no hubieran recibido la señal de alarma y optaron por el suicidio por inanición.

Esta comunicación, ha seguido intrigando a biólogos y botánicos, descubriendo cada vez mas complejas relaciones de comunicación, no solo entre plantas, sino también entre el reino animal y vegetal.

Por ejemplo, se sabe que el maíz, en caso de sufrir un ataque de orugas, emite un gas que atrae a avispas comedoras de orugas, sin duda un pacto de alianza beneficioso para ambas partes. Esto mismo también ocurre con la col; para defenderse de las dañinas mariposas de la col, lanza su SOS para que acudan en su ayuda unos diminutos insectos parásitos de las larvas de estos molestos inquilinos.

Y aun mas compleja y sorprendente resulta la genciana rosada de Sudáfrica (‘Orphium frutescens’) sólo libera polen en sus anteras si el zumbido de las alas del insecto que se le acerque entona una perfecta nota musical Do. Y eso es exactamente lo que hace la abeja carpintera para obtener su ración de polen.

Hasta donde podría llegar la evolución de la defensa vegetal? Podrían las plantas llegar a ser peligrosas para el hombre? No olvidemos que, uno de los venenos mas poderosos del planeta, la ricina, se encuentra en un aparentemente inofensivo arbusto, el ricinus communis, frecuente en todas las zonas calidas del planeta.

La química vegetal es poderosa (en ella basamos gran parte de nuestra medicina), y acabamos de descubrir que las plantas saben defenderse muy bien… con todo el daño que hacemos al planeta, deberíamos empezar a preocuparnos?